Cuando Garret Blackwell encontró a Jenna huyendo de su propia boda, no tuvo más remedio que ayudarla; sobre todo, al averiguar que tenía poco más que su vestido de novia.
Jenna se sentía agradecida y tenía miedo de llegar a disfrutar demasiado de aquellos protectores brazos masculinos. No estaba preparada para pasar de nuevo por la vicaría, pero cada vez le resultaba más difícil luchar contra lo q...