Nadie se mete con un Langton, mucho menos con Danielle que, además de una belleza excepcional, tiene un carácter indómito y férreo que no para de meterla en líos. Las sociedades neoyorquinas del siglo XIX se mantienen muy pendiente de sus enredos y no para de cotillear a sus espaldas. Aun así, cuenta con algunos aliados como Diana, su mejor amiga y cómplice desde la infancia.
Acostumbrada a que na...